Segunda entrega de "People in Nepal". No sé por qué, cada vez me gusta más esta temática en el blog. La verdad es que tenía un montón de fotos sin publicar de varios días y no podía dejarlas guardadas en el ordenador porque algunas son una auténtica pasada. He de confesar que la mayoría de las fotos de esta entrada no son mías, me las ha cedido Víctor, podríamos decir que es ya un colaborador habitual del blog, que casi me quita el puesto de fotógrafa oficial.
Aparte de fotografiar personas, tengo predilección por los ancianos y por los niños. Supongo que no soy la única, porque la mayoría de los fotógrafos, tanto aficionados como profesionales, se desviven por captar una buena imagen de estas características. A mí, personalmente, son los que más me transmiten.
Los ancianos tienen la mirada de la experiencia, la vida cincelada en cada arruga, en cada cana. En sus ojos puede leerse el paso de una vida, no siempre fácil, el trabajo y el sacrificio. En Nepal se puede ver en las personas mayores de los pueblos remotos de montaña la lucha por la supervivencia, la dureza de las circunstancias.
Por el contrario en los niños encontramos la inocencia, la curiosidad. Muchas veces la incertidumbre, pero también la alegría. A pesar de que muchos de ellos viven en unas condiciones terribles y en la absoluta pobreza, se contentan con un balón y con una portería marcada con piedras.
Seguiré recopilando momentos, pero sobre todo miradas y gente. Ellos son los verdaderos protagonistas de la historia.
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